Imaginado por un grupo de seis estudiantes, Flyover Park es producto del deseo de una comunidad por convertir un lugar abandonado en un destino seguro y divertido.
Nos dirigimos hacia el oeste de Canadá: En la tercera ciudad más poblada del país, Calgary, una iniciativa innovadora representa una victoria más para el placemaking.
Ubicado bajo la transitada 4ta avenida, que conecta el centro de la ciudad de Calgary con el vecindario Bridgeland-Riverside, se encuentra un espacio descuidado y de poco uso que fue elegido para ser transformado a través de la fructuosa colaboración entre estudiantes locales, miembros de la comunidad, la ciudadanía y algunos donantes.
Dos aspectos que hicieron del proyecto algo retador fueron que, uno: su ubicación está entre un complejo cruce de vialidades, y dos: su cuestionable reputación debido a la falta de mantenimiento. Caminando a través del predio uno podía encontrar mucha basura, graffiti e incluso agujas, haciendo de la locación un lugar inseguro y evitado por los residentes del vecindario.
Después de cinco años de construcción, este espacio revitalizado ahora es frecuentado por personas de diversas generaciones y orígenes, uniendo así a la comunidad de manera eficaz. Es seguro decir que este espacio representa un nuevo beneficio para la comunidad, y que es una gran mejora ante el gris paso a desnivel que durante 20 años permaneció vacío.
Este proyecto innovador hace del actual parque una mezcla única, uniendo elementos de uso lúdico y características artísticas que embellecen el espacio y crean impacto; todo esto siendo un lugar accesible e inclusivo para todos.
A primera vista, el visitante estará impresionado por la generosa selección de juegos que están abiertos al público, todo sin costo. Algunos de estos incluyen mesas de ping pong, shuffleboard, juegos de lanzamiento de pelota, espiroból, y bocha. Además de módulos de juego tradicionales, hay una serie de columpios donde personas de todas las edades pueden sentarse a platicar y disfrutar de este nuevo complejo comunitario.
Viéndolo más de cerca, el parque tiene otras amenidades interesantes: asientos hechos de llantas recicladas y algunas áreas diseñadas para hacer picnics. La jungla de bambú y los espacios para escalar otorgan al parque un carácter deportivo que invita a personas de todas las edades a llevar un estilo de vida más activo.
Un distintivo interesante que tiene el parque es cómo este toma ventaja de sus características naturales. Normalmente los parques están dispuestos en terrenos planos, mientras que este está ubicado en una ladera. Aquí, los diseñadores tomaron ventaja de las pendientes integrando una resbaladilla.
Esta característica única se ha convertido en el distintivo que caracteriza a este parque: su árbol de luces burbuja. Diseñado y concebido para resplandecer con diferentes tonalidades de luz, el árbol cambia de color dependiendo del momento del día. Estas luces ambientales menguan con el tiempo y su flujo puede ser disfrutado por todos los visitantes, especialmente aquellos que decidan embarcarse en un trote nocturno. Este reflejo lumínico de las burbujas trae a los corredores una sensación de seguridad. La integración artística continúa con los murales que visten los pilares del paso a desnivel.
Además de su encantadora estética, el parque también fue diseñado con elementos que benefician al medio ambiente. Implementando una mejoría a la parte superior del paso a desnivel, el agua proveniente de la lluvia es desviada de la vía pública a los jardines del parque y los canales que llegan al subsuelo. Esto actúa como un filtro que limpia el agua antes de que esta vuelva al Río Bow, reduciendo así la cantidad de minerales dañinos que vuelven a entrar a las cuencas de la ciudad.
El elemento más impresionante de este proyecto es su proceso de diseño, que está en el centro de su éxito, ya que representa a la comunidad de inicio a fin.
Además de ser un vecindario residencial popular, Bridgeland Riverside debe su encanto a las viviendas que datan de 1960 y a su variedad de interesantes tiendas locales y restaurantes. Por lo tanto, esto ha atraído a una población más joven, y ha ayudado a que esta se convierta en una de las comunidades más vibrantes de Calgary.
Cuando los miembros de este vecindario querían ver el espacio transformado, fue a través de la práctica del urbanismo táctico que el proyecto encontró sus raíces en el vecindario y que este empezó a cambiar el punto de vista de los residentes y la ciudad para convertirse en un espacio con potencial. El urbanismo táctico consiste en probar una idea a pequeña escala de manera temporal y derivar de esta un prototipo que evalúe su oportunidad de éxito. Este ejercicio fue el propósito tras intervenir el piso con un mural que fue retratado en el corazón del parque, justo abajo del paso a desnivel.
Liderando el proyecto, los miembros del vecindario también estuvieron muy involucrados en el proceso de consultoría y de recolección de las retroalimentaciones que emitían los residentes y accionistas durante las distintas etapas del parque. Tanto online como presencial, las personas expresaron cuáles eran sus prioridades con respecto al uso que se le iba a dar al parque, e incluso votaron para seleccionar una de seis opciones de diseños para el parque, utilizando el sitio web de participación comunitaria de Calgary.
En cuanto al diseño del parque, un programa innovador de jóvenes llevado por estudiantes de paisajes arquitectónicos en la Universidad de Calgary en colaboración con estudiantes de sexto de primaria de la Escuela Langevin. Juntos se embarcaron en la misión de crear varios conceptos de cómo este espacio podía ser reimaginado.
Usando la retroalimentación de consultas varias, pudieron entender qué era de mayor importancia para la comunidad, los cuatro temas más importantes siendo: una digna entrada a la comunidad, una vegetación interesante, arte público, y mucha iluminación. Otro tema importante fue la necesidad de tener accesos peatonales y ciclistas, ya que esta área da base a muchas rutas de tránsito.
Dando al proyecto estructura y las herramientas necesarias para tener éxito, la información fue acertada en donde más importaba, que fue en la etapa de diseño. Al incluir estos factores, la comunidad entendió que su contribución era muy valiosa al ver como su perspectiva influyó en la construcción del parque. Desde una edad temprana, ver el impacto que uno puede tener en su comunidad refuerza el sentido de acción y empodera a aquellas generaciones que quieren ser el cambio que ven en el mundo.
Para obtener el resultado final, y para encontrar el diseño de un método colectivo, el proyecto tuvo que dar pruebas para obtener reconocimiento y así atraer donaciones de la ciudad y otros donantes. Después de ejercer las prácticas de urbanismo tácticas antes mencionadas, otros socios se unieron a este proyecto colaborativo.
Trayendo este apoyo profesional estuvo Parks Foundation Calgary, una empresa local sin fines de lucro que se sumó al proyecto para ayudar a que este encontrara fondos y el apoyo necesario para que de manera exitosa este transformara el espacio. Desde hace 30 años, esta organización ha estado creando parques a través de la colaboración comunitaria, donantes y municipios, enorgulleciéndose de crear espacios para los residentes.
Con su experiencia, ellos tuvieron la capacidad de apoyar este proyecto al traer ayuda profesional que brindará apoyo a la gestión de proyectos sin dejar a la comunidad de lado e incluyendo a los grupos de diseñadores jóvenes.
Este parque ha contribuido a las iniciativas de participación comunitaria que innovan en Calgary, y se ha convertido en un proyecto que se suma a los parques que se encuentran en la ciudad. Esperamos este proyecto pueda inspirar a otros similares en el país, y que pueda mejorar el sentido de pertenencia ciudadano para que las personas puedan mejorar su nivel de vida de manera original y creativa
This article has been written by Veronique Dufour, one of our creative coordinators ❤️