Al involucrar a los niños en el proceso de creación de espacios, las ciudades fomentan en las nuevas generaciones un sentido de orgullo y responsabilidad cívica, y promueven la formación de comunidades más comprometidas y orientadas hacia el futuro. Este artículo explora esta innovadora aproximación, sus implicaciones y algunos ejemplos exitosos en América Latina.
Los niños aportan una perspectiva única a la planificación urbana, lo que a menudo conduce a ideas innovadoras que resuenan en todas las capas sociales. Su implicación en la creación de espacios fomenta un sentido de pertenencia y responsabilidad, sentando las bases para una población más comprometida. Esta aproximación va más allá de la creación de espacios adecuados para los niños; integra las necesidades de todos los grupos de edad, redefiniendo los espacios urbanos como entornos propicios para el crecimiento y la conexión intergeneracional.
Esta aproximación centrada en el niño se basa en la comprensión de que cada adulto de hoy fue un niño con sueños y necesidades. Al enfocarse en las diversas necesidades de la población, los urbanistas crean espacios que sirven a todos, eliminando la brecha entre los espacios «aptos para niños» y los espacios generales.
Las estrategias de creación de espacios son esenciales para transformar los desafíos urbanos en oportunidades de cohesión comunitaria y crecimiento sostenible en América Latina. Para crear espacios inclusivos, es crucial adoptar un modo de diseño que responda a las diversas necesidades de todos, especialmente de los niños. Al integrar las necesidades específicas de los niños, las ciudades de América Latina, ricas en importancia cultural e histórica, pueden convertirse en lugares dinámicos y acogedores.
Los niños son diseñadores empáticos naturales que buscan instintivamente entornos que ofrezcan seguridad, inspiración y espacio para la exploración. La integración de esta filosofía de diseño en una planificación comunitaria más amplia permite crear espacios que fomentan la alegría, el aprendizaje y la cohesión. Los resultados son estéticamente agradables y permiten crear un tejido social más fuerte y resiliente.
Para involucrar a los niños de manera significativa, se necesitan asociaciones auténticas donde sus contribuciones sean realmente valoradas. Es esencial crear plataformas de diálogo y co-creación que trasciendan las barreras del idioma, el estatus económico y la edad. Esta aproximación va más allá de una representación simbólica; exige una asociación auténtica, garantizando que las voces de los niños sean escuchadas y consideradas.
Estableciendo nuevos puntos de referencia: «Creating the Streets for Kids Reverse Periscope« es una herramienta revolucionaria que modifica fundamentalmente las perspectivas de los adultos en materia de urbanismo, priorizando las necesidades de los niños. Desarrollado por GDCI, este periscopio nos anima a reflexionar sobre cómo involucrar a los niños en el diseño de las calles. Proporciona una herramienta práctica y realizable, llena de conceptos, herramientas y estudios de caso para involucrar a los niños en la planificación de las calles que usan. El objetivo es concienciar sobre la importancia de incluir a los niños en el diseño de las calles, destacando los beneficios de sus ideas y fomentando una mejor comprensión de sus necesidades y preferencias.
Aprendiendo del éxito centrado en los niños en Santiagoa: El Parque Bicentenario de Santiago es testimonio de la transformación positiva posible cuando se involucra a los niños en la planificación. Concebido pensando en los niños, esta oasis urbana fomenta la inclusión y el asombro, convirtiéndose en un faro para la conexión multigeneracional y las experiencias compartidas.
Una experiencia en Ciudad de México: Una iniciativa en curso en Ciudad de México busca remodelar las zonas peatonales para satisfacer las necesidades de todos, especialmente de los niños. El Parque La Mexicana, un parque urbano muy animado, incluye espacios de descanso, parques para perros y áreas de juegos para niños, integrando así las actividades familiares de manera armoniosa. Este parque siempre está muy concurrido y es muy apreciado por la comunidad, lo que demuestra cómo un diseño reflexivo puede fomentar el compromiso y el disfrute.
La aproximación al diseño urbano centrada en el niño abre el camino a un futuro donde la creación de espacios es un acto colectivo de creación. El intercambio de ideas entre generaciones se convierte en la norma, moldeando las ciudades de América Latina para las generaciones futuras. Esta aproximación inclusiva y centrada en el ser humano subraya la importancia de comprometerse con los espacios públicos, respondiendo a las necesidades existenciales de todos, incluidos los adolescentes que a menudo carecen de espacios públicos adecuados.
La evolución de los espacios urbanos en México y América Latina depende en gran medida de los niños que los heredarán. El reconocimiento de su derecho inherente a moldear su entorno enriquece los entornos urbanos y allana el camino hacia un futuro colectivo. Este cambio de paradigma celebra a cada miembro de la comunidad, independientemente de su edad, como un contribuyente invaluable a la vida urbana. Al involucrar a los niños como co-creadores, no solo estamos construyendo ciudades, sino un futuro donde todos tienen su lugar.