Los textiles, pinturas, escultura, tallado en madera son comunes a muchas de las comunidades indígenas y dan cuenta de la riqueza cultural de ambos territorios.
Dentro del marco de Encuentros Indígenas Oaxaca-Canadá que MASSIVart tuvo el honor de orquestar para la Embajada de Canada en México, nuevo carteles pueden ser descubiertos a través de la ciudad de Oaxaca y en línea.
Cada uno de ellos tiene su propia historia, explicada por los mismos artistas, y la cual queremos compartir contigo.
La serie parte de la reflexión sobre los 500 años de La caída de Tenochtitlan. Parte también de una necesidad como indígenas de estar presentes en la historia de México y de contar la visión de los que no nos conquistaron, de los que quedamos dentro de un espacio geográfico definido por ajenos a nuestras culturas, pero que durante este tiempo, el escaso aculturamiento en comunidades indígenas, ha hecho posible que muchos pueblos vivan bajo sus “usos y costumbres”, manteniendo sus lenguas maternas, y bajo culturas politeístas, que perviven sincretizadas a la religión católica.
Es desde esa visión, de crecer en un pueblo en el que el imaginario del grupo, nos hace creer cuando niños que nuestra lengua indígena es la única; alejados del español y de otros idiomas, y que la escasa educación pública nos aleja de los “conocimientos universales”. Desde esa visión en la que crecí desconociendo cómo fueron los acontecimientos de La caída de Tenochtitlan, presentó esta obra con los cuestionamientos a la información recién adquirida. Encontrar tantas sinrazones en la historia oficial, y con la ausencia de un pensamiento colonizado, que me permite cuestionarme sobre el proceso histórico de La Conquista.
Cuatro Dioses forma parte de esta serie compuesta de 45 piezas en técnica collage, acrílico y monotipo. Con esta pieza en específico busco representar a los cuatro dioses hermanos aztecas, Tezcatlipoca, Xipe Tótec, Quetzalcóatl y Huitzilopochtli, hijos de la pareja creadora Ometecuhtli y Omecíhuatl. Traerlos al momento actual con esta representación, es una forma de mostrarles mi respeto.
Yo soy gente del pueblo zunni, ¿tú quién eres? Es la traducción más cercana al castellano del texto que acompaña la imagen de este cartel.
Este cartel muestra la importancia de la mujer en la cosmogonía de los pueblos originarios, de las culturas madre y de la zapoteca particularmente. Desde la filosofía de la fertilidad, el acto de ofrendar y como una dadora de vida.
Así mismo representa el papel de la mujer desde su perspectiva de indígena contemporánea, sin atavíos, sin distintivos a simple vista que la califiquen de indígena por cumplir o no con un semblante o indumentaria, pero sí desde la posibilidad que le ofrece su propio origen que es el de ser una bën zunni, una persona originaria del “lugar donde la gente siembra”, sin que el acto de sembrar se limite a la literalidad propia de la agricultura, el acto de colocar semillas en un terreno fértil para que puedan cumplir con su ciclo, sino desde la posibilidad de sembrar acciones e ideas que germinan en el terreno de la empatía para generar nuevos saberes, acciones, afectos y formas.
La música ha sido parte esencial de cada momento histórico del devenir de la vida humana.
Para la época actual la música únicamente es ornamento, acompañamiento y fuente de dinero, pero a pesar de eso las personas encuentran en ella momentos de intimidad y de conexión con sus pensamientos y emociones, además afortunadamente existen rincones en donde la música no encuentra lugar en la oposición colectiva y subjetiva e incluso la resuelve.
En la Sierra Norte ocurre de manera genuina porque la música de viento comparte momentos importantes para la vida de cada pueblo y de cada persona, momentos sagrados y profanos pero que siempre parten del fundamento divino, tanto que para ser músico se nace con un don.
Mino-bimaadiziwin en la frase ojibwe que significa «La buena vida».
Tener en cuenta y respetar todas las cosas de la Tierra para que podamos caminar por la tierra (Isla de la Tortuga) de buena manera. Para curar y ayudar. Para crecer y aprender. Hemos nacido para ser amados y para amar.
Se representa un kudlik o qulliq, una lámpara de aceite tradicional inuit tallada en piedra y encendida con aceite de foca o ballena y algodón ártico. Esta lámpara es importante porque proporciona calor, luz y una forma de cocinar.
La forma en que bailan las luces del kudlik refleja la aurora boreal. De ella fluye vida marina significativa en la cultura inuit, como varios peces, focas, una ballena de cabeza de arco y un narval, así como la cola de la diosa del mar Sedna.
¿Cómo reflexionan nuestros ancestros más antiguos en karonhià:ke (el lugar en el cielo) sobre lo que se está desvelando aquí en la tierra?
Mientras estos antiguos seres se miran suavemente, mantenidos en la órbita del otro durante unos momentos, a nosotros nos parecen meses, años, incluso décadas. El tiempo no es lineal para ellos, sino que se mueve en todas las direcciones a la vez.
Ofrecen sus lecciones y su medicina en ciclos interminables, pidiéndonos que les escuchemos y que mantengamos una relación profunda con gratitud a cambio. Formaron nuestros maestros más antiguos, y tiraron de los océanos de un lado a otro. Me pregunto qué es lo siguiente que están pensando en formar.
Dicen por ahí, que había una vez un conejo llamado Natsé. Un conejo inquieto y muy soñador. Todas las noches se escapaba para ir a una laguna tometzona, en la cual él miraba las estrellas y la luna, deseando algún día ser parte del espacio.
Sus amigos y familiares se burlaban de él al platicar su mayor anhelo, el poder formar parte de la galaxia. “Estás loco”, todos le decían.
Una noche de octubre, aquel conejo salió como de costumbre y acudió a la laguna tometzona en donde tenía la esperanza de poder encontrar a la guardiana de la laguna para que así ella, con sus poderes cósmicos, le concediera ese gran deseo.
Tanto era su fe que de repente algo lo iluminó y con una voz suave y dulce le dijo: “Serás el guardián de la luna. Serás iluminado por la luz de la luna y desde ahí podrás ahora mirar y cuidar de tus amigos y familiares.” Con un último aliento, el conejo se elevó para su nuevo viaje a la luna.
Desde entonces todos los conejos que viven cerca de aquella laguna, en cada luna llena de octubre, danzan y bailan y, desde el reflejo del agua, Natsé se mira bailando y felizmente iluminado dentro de la luna.
Land Back es una declaración que surgió de los movimientos de liderazgo indígena en Canadá, a finales de 2019. Se ha convertido en un mantra de la administración ambiental indígena, la protección y un llamado a la acción para repensar la relación agria y opresiva que Canadá tiene con los pueblos indígenas.
Mujeres músicas de la Sierra Norte de Oaxaca, de San Melchor Betaza y Villa Hidalgo Yalálag.
La música serrana es identidad, herencia, canto, luz, fortaleza, alegría, sabiduría, memoria, danza, es historia bordada en huipil, en refajo que no dejará de florecer en comunidad.
Conozca más sobre los artistas.