Artistas indígenas de Canadá y Oaxaca se reúnen para iluminar la ciudad de Oaxaca

Encuentros Indígenas: Canadá-Oaxaca es un festival de tres semanas ofreciendo una experiencia inmersiva en la cultura canadiense y mexicana, con una fuerte atención en las expresiones artísticas, el arte digital y el bienestar.

Del 20 de septiembre al 8 de octubre, el festival reunirá a más de 90 artistas en diversas disciplinas artísticas, incluyendo exposiciones de videoarte, realidad virtual, murales, carteles, literatura y poemas, fanzines con códigos AR y listas de reproducción musical. MASSIVart se complace en producir la programación cultural del festival más extenso que se haya realizado en Oaxaca, al tiempo que apoya y promueve el arte y la cultura indígena a nivel mundial.

Como parte del festival híbrido, la artista canadiense, Rolande Souliere, y el dúo mexicano, Tlacolulokos, colaboraron en la creación del colorido mural Nuestro sol se ha ido en Jalatlaco en la ciudad de Oaxaca. Hablamos con ellos directamente para descubrir más sobre su experiencia de trabajo conjunto.

Ambos artistas tienen importantes conclusiones que compartir de su colaboración. Para Rolande Souliere, lo que aprendió fue la fuerza y el conocimiento continuos de las tradiciones indígenas que siguen transmitiéndose a las generaciones y cómo los artistas visuales, como ella, siguen representando la belleza y el poder de estas tradiciones. Para Tlacolulokos, la colaboración le permitió contribuir a la comprensión actual de las diferentes naciones, comunidades y pueblos. Concretamente, contribuir a cerrar la brecha social que existe a través de las fronteras mediante la creación de obras visuales, con el fin de crear una unidad entre los pueblos nativos.

 

¿Qué opinas de iniciativas como el festival Encuentros Indígenas: Canadá-Oaxaca?

Rolande Souliere: Las iniciativas son una gran idea y es importante desarrollar y/o ampliar las conexiones indígenas a través del arte con Canadá-Oaxaca.

Tlacolulokos: El diálogo y la problematización que se genera en este proyecto es el resultado de dos formas de entender la realidad cultural de nuestro entorno y su complejidad ante una sociedad cada vez más global, el intercambio y los paralelismos que existen desde los tiempos de las civilizaciones originarias ha sido una constante para el enriquecimiento del imaginario colectivo entre pueblos Americanos originarios.
 

¿Cómo creen que el arte puede beneficiar a las comunidades indígenas?

Rolande Souliere: Las artes pueden beneficiar a las comunidades indígenas de muchas maneras. Somos personas visuales y narradoras. Estamos familiarizados con ciertas formas, patrones y colores, y podemos aprovechar estas pistas visuales para abordar las historias y la cultura indígenas.

Tlacolulokos: El arte construye, enriquece y fortalece la identidad colectiva de la comunidad con procesos que nos hacen cuestionar nuestra identidad pasada y futura.
 

¿Rolande, podrías compartir con nosotros algo especial sobre la gente anishinaabe y su cultura; y Tlacolulokos, algo sobre la comunidad zapoteca y su cultura?

Rolande Souliere: Somos uno de los mayores grupos de indígenas al norte de la frontera mexicana y vivimos en el norte de Estados Unidos y en el sur de Canadá, principalmente en la zona de los Grandes Lagos. Una de las señas de identidad de los anishinaabe es una danza tradicional conocida como Jingle Dress Dance, interpretada únicamente por mujeres en los Pow Wows. Un Pow Wow es un gran festival en el que todas las naciones indígenas se reúnen y ejecutan danzas tradicionales, disfrutan de la comida y la artesanía.

Se dice que un anciano tuvo un sueño en el que se le decía que hiciera que las mujeres cosieran a sus vestidos cascabeles hechos de hueso. Se les pidió que bailaran un tipo de danza. La danza permitiría que los cascabeles emitieran un sonido particular. Este sonido traería consuelo al mundo.

En la actualidad, las mujeres llevan «cascabeles» hechos con discos de metal y doblados en forma de «cono», en los que a menudo se estampa su grupo lingüístico. Estos «conos» se cosen a las faldas tradicionales y, cuando las mujeres bailan, producen un hermoso sonido. Se dice que este sonido «cura» a las personas que se sienten enfermas o tristes y les da esperanza.

Tlacolulokos: La cultura zapoteca es muy orgullosa de su identidad, ya que cada pueblo tiene sus propias costumbres, esto da pie a que la cultura zapoteca tenga tantas variedades de gastronomía,textiles, variantes del zapoteco (lengua materna) en contraste con la problematización política que conlleva la existencia de más de 560 municipios y sus distintas maneras de abordar su visión local.
 

¿Cómo inspira esto su práctica artística?

Rolande Souliere: Mi cultura es una inspiración continua para mí, no sólo por la historia sociopolítica y cultural, sino también por la historia colonial. Los procesos de envolver, tejer, encuadernar y apilar, junto con los diferentes colores y materiales táctiles utilizados en la fabricación de «regalia» son inspiraciones que se trasladan a mi trabajo.

Tlacolulokos: La gran diversidad de con la que cuenta Oaxaca culturalmente, desde la época prehispánica, de la colonia y la globalidad actual las contradicciones entre sus pueblos y la no idealización de estos nos hace ver ese valor especial que nos inspira desde el punto de vista político como el cultural, respetando las prácticas rituales del lugar retomamos sus símbolos y creencias dentro de nuestro trabajo cuestionándolos y repensándolos.
 

¿Cómo fue colaborar con un artista indígena de otro país? ¿Encontraron conexiones o similitudes?

Rolande Souliere: Fue un placer colaborar con Tlacolulokos. Aprendí cosas nuevas sobre su cultura que tienen similitudes con la mía y, por supuesto, los aspectos políticos en nuestras prácticas artísticas, como la resistencia y el empoderamiento.

Tlacolulokos: Sentimos mucha empatía por al saber que trabajamos a partir de elementos en común en el imaginario colectivo de ambos pueblos , esto generó un vínculo casi natural dentro del diálogo entre nosotros, retomando ideas entre nuestros dos proyectos y tratando de realizar un diálogo que no solo tenía que ver con la artista, sino con el contexto particular donde se realizará la obra.
 

¿Pueden contarnos más sobre las ideas detrás del mural?

Rolande Souliere: La creación de historias de los seres del cielo fue una conexión maravillosa que compartimos y la trasladamos a nuestro proyecto de murales. Las nubes sirven para unir las dos culturas indígenas y nuestro tema. Aquí llevamos la mitología de los elementos como el trueno, el rayo y la lluvia a una forma visual mostrando a los dos seres mitológicos (Pájaro del Trueno y Cocijio) de nuestras culturas que son responsables de dichos elementos naturales. También incorporamos símbolos tradicionales como los patrones ancestrales zapotecos y los patrones ancestrales que representan las caminatas del Pájaro del Trueno. Estos símbolos indígenas en el mural representan importantes significantes históricos para ambas culturas.

Tlacolulokos: El concepto de la vida representado con el elemento del Relámpago, ya que con él se asocia la lluvia y por consiguiente el agua, esencial para poder desarrollar vida, en medio Thunderbird y al costado derecho Cosijo, ambos deidades de los relámpagos, compartiendo esta similitud en casi todas las culturas del mundo, por la adoración a la lluvia y los beneficios que conlleva, comos pueblos originarios americanos estas similitudes ceremoniales nos haces pensar que debe existir más empatía entre los diferentes pueblos del mundo y comenzar a pensar en una convivencia más allá de lo superficial.

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Gracias a Rolande Souliere y a Tlacolulokos por compartir sus inspiradoras historias.